Dr. Carlos Lenin Pliego Reyes

Presidente del Consejo Mexicano

de Medicina Interna A.C.

cl.pliego.reyes@cmmi.org.mx

El surgimiento de la medicina interna

El concepto de medicina interna nace formalmente en Alemania a finales del siglo XIX, sin embargo, ya existía mención de la misma en tratados médicos, bajo el concepto de reclinarse ante el enfermo y revisar su patología interna. Es así como existen los primeros tratados que hablan de la patología interna y datan del siglo XVI a.C. con los papiros de Ebers (dolencias internas). Sin dejar mencionar que en el Corpus hippocraticum, se establece la separación de patologías internas y externas. Posteriormente Galeno de Pérgamo (129-200 d.C.) hizo referencia a las causas externas e internas de las enfermedades. Y fue con Luis Mercado, médico de los reyes Felipe II y III, quien menciona en su texto Opera omnia a las “enfermedades internas”.

Desde entonces siguieron múltiples tratados y, actualmente, el concepto de medicina interna se entiende como la rama de la medicina encargada del control de los padecimientos desde la adolescencia hasta el final de la vida, que realiza de forma detallada la integración de los signos y síntomas que aquejan al enfermo y, con el apoyo de estudios de laboratorio y gabinete, hacen que el médico internista sea el gran conocedor de las diversas patologías del paciente adulto.

Capaz de apoyarse en las distintas

especialidades de rama para un

mejor desenlace.


El Consejo Mexicano de Medicina Interna

Este Consejo se funda en 1976, por un grupo de especialistas del área y cuyo principal objetivo siempre fue mantener un nivel mínimo necesario en la calidad de la medicina interna del país. Actualmente para lograr ser internista se requiere terminar la carrera de médico cirujano, acreditar el proceso de selección del examen nacional de residencias médicas y llevar un programa académico durante cuatro años en una institución de salud avalada por una entidad universitaria, pero además, demostrar mediante un examen de altas consecuencias, que realiza el Consejo Mexicano de Medicina Interna, A.C. (CMMI), que cuenta con los elementos mínimos necesarios para ejercer la profesión.

Esta certificación no es vitalicia, sino que se refrenda mediante la actualización de conocimientos demostrables en un examen, o por la acreditación de cursos de educación médica continua, y es lo que se conoce como vigencia de certificación o recertificación, que debe realizarse cada 5 años.

No olvidamos mencionar que los exámenes de certificación y vigencia los realiza el CMMI, obra de médicos internistas dedicados al ejercicio de la profesión y académicos del área, fortalecido por un grupo externo que supervisa el cumplimiento de estándares de calidad y equidad en las distintas áreas de evaluación, y de esta manera se garantiza que el sustentante demuestre sus conocimientos y actualización de los mismos para otorgar calidad de atención.

¿Por qué la necesidad de una certificación y cómo se refleja en la calidad de atención médica?

Esta condición de órgano evaluador-certificador resulta de una necesidad tan relevante como es la de cuidar el ejercicio científico y ético de la profesión, ante el elemento más importante que tienen los individuos, su salud y la vida misma.

Es así como tenemos registros históricos, desde el código de Hammurabi que sancionaba las malas actuaciones mediante “la ley del talión”. Sin embargo, en relación con el ejercicio de los cuidados de la salud, el rey Enrique VIII ordenó sancionar a aquellos que realizaban malas prácticas en la atención de los pacientes, con la observación puntual de que “curan el mismo número de personas que también matan”, fue como surgió el Royal College of Physicians fundado en 1518.

Actualmente podemos decir que la esencia de la certificación, independientemente de su carácter legal y obligatorio, es democratizar la atención médica, es garantizar equidad en el servicio que recibe un paciente sin importar la institución que otorgue dicha atención. Es cuidar la salud de una población y su entorno, pero sin duda, es un acto moral de dos conciencias, una que entrega su confianza, y la otra que con su sapiencia resuelve de la mejor manera la vulnerabilidad a la que se está enfrentando el individuo ante la enfermedad.

Con el proceso de certificación y el mantenimiento de su vigencia, se demuestra que se salvan vidas, ejemplo de ello son las salas de atención de pacientes con infarto agudo del miocardio, donde se ha documentado un 19% de reducción en la mortalidad de los pacientes cuando son atendidos por internistas o cardiólogos certificados.

Si hablamos de prevención de enfermedades fatales como el cáncer de mama y colón, se tiene evidencia de que los pacientes que se atienden con médicos certificados, se adhieren a las guías de prevención de estas patologías en un:

Hablando de padecimientos más frecuentes que aquejan a la población, se ha documentado que los médicos internistas que mantienen su vigencia de certificación llevan mejor control de las enfermedades al adherirse a las guías de diabetes mellitus, manejo de lípidos y enfermedades cardiacas, así como para indicar pruebas de escrutinio para detección del cáncer de mama. Por otro lado, en relación con medidas disciplinarias, se conoce que aquellos médicos certificados tienen hasta 5 veces menos probabilidad de ser sancionados por un mal ejercicio de la profesión, y si todo lo anterior no es suficiente, hablemos de costos en servicios de salud, donde un médico certificado le ahorra al sistema de salud en gastos de atención, una vez que tiene conocimiento pleno de los estudios y medicamentos necesarios para la atención de distintas patologías.

Es por ello que este Consejo, con sus 4,131 internistas certificados vigentes, continua trabajando para otorgar atención médica de calidad en cada rincón del país, pero sobre todo pugna por que la población demande un médico certificado, ya que con ello aumenta la probabilidad de un mejor desenlace de su padecimiento.

Finalmente comentamos que por años y por distintos motivos se han olvidado de la educación y la excelencia en los servicios médicos en México, pero sin duda los Consejos de especialidades y entre ellos el Consejo Mexicano de Medicina Interna, jamás lo han hecho, y son garantes de un beneficio común: calidad de atención médica a toda la población, independientemente del sitio donde la reciban.