Dra. Araceli Cué Castro

Consejo Mexicano de Radiología e Imagen

Hospital General Dr. Enrique Cabrera,

Secretaria de Salud de la Ciudad de México

arabicho@hotmail.com



En 1895, el profesor Wilhelm Röntgen

descubrió los Rayos X, lo que le hizo merecedor

del Premio Nobel en 1901.

Inmediatamente se reconoció el valor de los Rayos X y su aplicación en el campo de la Medicina. A partir de entonces, poco a poco se fueron conociendo todas las bondades de la radiación, así como sus efectos secundarios y se fueron desarrollando métodos de protección para médicos y pacientes.

A lo largo del siglo XX, la ciencia fue buscando otros métodos para ver mejor la enfermedad. Derivado de esto se han desarrollado muchas otras técnicas de imagen, que utilizan radiación X u otras tecnologías (ultrasonido o resonancia magnética) para generar imágenes.

El especialista en Radiología e Imagen debe garantizar al paciente que, además de una gran capacidad visual para la identificación y discriminación de imágenes, posee múltiples conocimientos de todos los campos de la medicina: anatomía, patología, técnicas quirúrgicas y procedimientos médico-quirúrgicos que le permiten llegar a diagnósticos más precisos.

Por un lado, a veces como pacientes, ignoramos la importancia de un estudio de imagen y el impacto que puede tener en la dirección y evolución de los padecimientos. Una alteración no detectada de forma puntual y pertinente puede acarrear consecuencias graves, como la realización de una cirugía no indicada o bien el retraso en el diagnóstico de un padecimiento mortal, pero tratable a tiempo. Por otro lado, una buena lectura de las imágenes apoya de forma más certera el contexto clínico por el que se está atendiendo y ayuda a dirigir el rumbo que seguirá la atención del paciente.

Es muy importante recalcar que este bagaje de conocimiento está incompleto si no se tiene la práctica y la experiencia que da el ver muchas imágenes y conocer muchos pacientes. Todas estas características solo se adquieren a través de la profesionalización de la especialidad, es decir, la preparación guiada por otros especialistas con mayor experiencia dentro de ámbitos hospitalarios que les permitan interactuar de forma integral y multidisciplinaria, para que una vez que se desempeñen en el medio, privado o público, puedan aportar lo que han desarrollado durante los años de la especialidad.

Algunos centros sanitarios, clínicas, hospitales o laboratorios, recurren a la contratación de médicos ultrasonografistas o asignan responsabilidades del médico radiólogo a los técnicos radiólogos. Los primeros son médicos generales o médicos especialistas en otra área, que han realizado un curso de entre 3 y 12 meses en diagnóstico de ultrasonido de unas 10 horas semanales en un aula o virtual. Los segundos son profesionales en la adquisición y procesamiento de imágenes, sin una preparación en medicina y por lo tanto no pueden ni deben integrar diagnósticos, así como tampoco pueden firmar un informe radiológico.


La profesionalización debe ser un compromiso inherente a todo médico por lo que todos estos procesos y actores involucrados buscan, bajo el amparo de la ley, garantizar el derecho de todo paciente a la atención digna, segura y de calidad.

Un médico radiólogo debe capacitarse en un ambiente hospitalario de tiempo completo, al menos 60 horas por semana, durante 4 años en diferentes métodos de imagen y, posteriormente algunos de ellos se supraespecializan en temas más particulares como enfermedades de la mama (imagen mamaria), niños (radiología pediátrica), sistema nervioso (neurorradiología) o intervencionismo. Esto le lleva al médico entre 12 y 24 meses más de preparación. Para la obtención de un certificado como especialista en Radiología e Imagen, el médico debe cumplir con el mapa curricular que le exige su universidad, así como un currículo de actividades y horas de práctica hospitalaria. Al finalizar los requisitos, deberá someterse a varios pasos y exámenes para evaluar los conocimientos y poder ser acreditado. El Consejo de Radiología e Imagen, a través del comité de Evaluación, ha implementado exámenes en simuladores de lo que el radiólogo se enfrenta día a día, con casos de la práctica diaria y detrás de los cuales hay un extenso trabajo de investigación, realización de preguntas, evaluación y selección.

De entre todos los especialistas, los médicos radiólogos requieren especialmente de capacitación continua ya que el desarrollo de mejores formas de imagen se da día a día, además de la integración de la inteligencia artificial en nuestro campo.

Los requisitos para recertificación son valorados por un comité que verifica la veracidad de los documentos presentados y evalúa que la puntuación acumulada respalde las actividades académicas y educativas propias de un radiólogo.

Al ser atendido por un médico radiólogo certificado o recertificado se garantiza que el médico se encuentra actualizado en cuanto a técnicas y métodos de imagen, además de haber reforzado conocimientos que le permitirán ofrecer estudios diagnósticos de mejor calidad.

La educación continua incorpora cursos y talleres de las múltiples modalidades de imagen, así como actualización en técnicas de imagen, que mejoran o ayudan a implementar algoritmos diagnósticos más certeros que se verán reflejados en la calidad de los reportes y que a su vez sirven a los médicos clínicos para una mejor orientación en la dirección de los tratamientos. Además, el médico que se encuentra en constante capacitación realiza una inversión, no solo monetaria sino de tiempo, pues es necesario buscar espacios físicos o temporales para acudir a esos cursos.

Al acudir a un centro que brinda servicio de radiología e imagen el paciente debe asegurarse que el médico encargado de leer sus estudios cuenta con la certificación o recertificación vigente del Consejo, pues así puede garantizar que los estudios realizados cuentan con una calidad mínima adecuada para realizar o apoyar un diagnóstico.

Las instituciones que contratan médicos con certificación vigente buscan garantizar a sus usuarios valores tales como la compasión, atención centrada en el paciente y pasión por la especialidad, adquirida a través del reforzamiento y actualización de habilidades y conocimientos.

La profesionalización debe ser un compromiso inherente a todo médico por lo que todos estos procesos y actores involucrados buscan, bajo el amparo de la ley, garantizar el derecho de todo paciente a la atención digna, segura y de calidad.