Dra. María del Sol García Ortegón
Cirujana Cardiotorácica
Presidenta del Consejo Nacional de Cirugía de Tórax
La escritora Susan Serwing decía que la invisibilidad no es sinónimo de irrelevancia en materia de opresión.
Hay muchas cirujanas famosas en la historia del mundo. Elena Céspedes en 1546, en la Alhambra, Granada, participó en la guerra contra los moriscos y aprendió cirugía, se hizo pasar por hombre para obtener su licencia. María Petracini Ferreti en el siglo XVIII, en Italia, aprendió cirugía junto a su marido y fue sometida a estrictas pruebas para obtener su licencia, ya que se consideraba que no podía tener la mano firme y suficiente audacia, sin embargo, lo logró. Margaret Ann Vulca en el siglo XIX, bajo el nombre de James Barry, realizó una de las cesáreas más exitosas, Margaret fue recordada porque se disfrazaba de hombre para poder ejercer. Elizabeth Blackwell fue la primera médica graduada en Estados Unidos en 1849.
En México, Matilde Montoya, en el siglo XX, fue la primera médica con estudios formales universitarios y se tituló en 1887; el 5 de mayo de 1926, se creó la Asociación de Médicas Mexicanas y hasta el 2006 solo 62 de los 536 miembros de la Academia Nacional de Medicina eran mujeres. En el Consejo Nacional de Cirugía de Tórax de los 410 certificados, solo 45 son cirujanas, representando solamente 11%. 1
También la evolución de las cirujanas en nuestro país se ha visto en la Sociedades de Cirugía. La primera mujer en ingresar a la Asociación Mexicana de Cirugía General fue la doctora Acela Gómez Muñoz, originaria de Taxco, Guerrero en 1974. La doctora Rosa María Vázquez fue la primera mujer en ocupar una puesto en la mesa directiva de esta asociación entre 1990 y 1991. La doctora Lilia Cote Estrada fue la primera presidenta de la Asociación Mexicana de Cirugía General de 2009 a 2010. La doctora Gisela León Hernández, de la Ciudad de México, fue la primera médica en certificarse en el Consejo Nacional de Cirugía de Tórax en 1996 y su servidora fue la primera mujer en pertenecer a la mesa directiva del Consejo Nacional de Cirugía de Tórax desde el 2011 y actualmente su primera presidenta.
Si bien cada vez se observan más mujeres en especialidades de alto nivel quirúrgico, todavía el porcentaje es bajo respecto a otras especialidades. Por ejemplo, en cirugía plástica y reconstructiva el porcentaje de mujeres es de 12.1% y aunque todavía existe un importante camino por recorrer, cada vez ya hay más mujeres; lo mismo sucede en pediatría que tiene 20% de médicas. Sin embargo, en especialidades como cirugía cardiotorácica solo 5.6% son mujeres y en ortopedia únicamente 3%.
En el entorno académico, también hay muchas diferencias, mientras en medicina, el estudiantado de medicina equivalen a 47.6%, sin embargo, el número de mujeres va decreciendo a puestos de jefatura en escalera académica y de investigación. En los residentes de cirugía general representan 38.3%, profesoras auxiliares 25%, profesoras asociadas 19.2% y profesoras de tiempo completo solo 9.8%; esto es debido en gran medida a que muchas mujeres abandonan la práctica médica. Estudios recientes reportan que 35.5% de ellas abandonan la práctica médica por sus hijos y obligaciones del hogar.
Paloma Sanz, una cirujana del hospital de Getafe en Madrid dice que se requiere fuerza y una alta capacidad de concentración, resistencia y sangre fría para dedicarse a la medicina siendo mujer.
Para mejorar la disparidad de género y acortar la brecha, en primer lugar, debemos tener evaluaciones y discusiones exhaustivas sobre el estado actual de este tópico, desarrollar programas de liderazgo nacional, específicamente para mujeres cirujanas y realizar un esfuerzo continuo para lograr que los departamentos académicos de cirugía brinden apoyo en formar líderes quirúrgicos sin importar el género.
Los cirujanos tienen la responsabilidad de superar los sesgos latentes y manifiestos de género a través de discusiones abiertas, la creación de políticas, el desarrollo de redes y la mejora de las condiciones de trabajo inapropiadas que impiden un equilibrio entre trabajo y vida, libres de género. Las creaciones de un ambiente favorable en el que las cirujanas puedan desarrollar mejor sus potenciales y apoyo tutorial. 1
Es importante contar con apoyo tutorial. Yo, por ejemplo, tengo el apoyo de mi tutor, el doctor Guillermo Díaz Quiroz, que es el jefe de servicio de cirugía cardiovascular y me alentó a seguir mi profesión de cirugía cardiotorácica en el servicio de cirugía cardiovascular del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre sin ninguna distinción de género. Este lugar es un Centro Médico Nacional, donde se hacen 700 cirugías cardiotorácicas al año e incluye los procedimientos convencionales como la cirugía de revascularización coronaria, cirugía valvular, cirugía de cardiopatías congénitas, cirugía de extirpación de tumores cardíacos y cirugías de alta especialidad como la cirugía de aorta, la cirugía endovascular de la aorta torácica, el programa de asistencia ventricular, el programa de trasplante cardíaco y el programa de cirugía robótica.
Esto ha permitido que, desde 1992 con el primer trasplante de corazón realizado por el doctor Abel Archundia García, hasta la fecha hayamos realizado en el hospital 20 de Noviembre 55 trasplantes cardíacos, la mayoría a cargo del doctor Guillermo Díaz Quiroz, utilizando en cinco de ellos dispositivos de asistencia circulatoria como puente para trasplante. Además del primer trasplante realizado por una mujer el 11 de junio de 2017, su servidora.
Bella Hasword decía que la prueba para saber si puedes hacer un trabajo o no, no debería depender de la organización de tus cromosomas.
Es por eso que el 11 de julio de 2017, tuve la posibilidad de hacer procedimientos simultáneos de trasplante hepático en un paciente y trasplante cardíaco en otra paciente dentro del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre.
En julio del 2017 la paciente Enedina Solís Jiménez de 37 años tenía la necesidad urgente de un trasplante de corazón por insuficiencia cardíaca terminal secundaria a cardiomiopatía dilatada idiopática. A la par una paciente femenina en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía se convirtió en potencial donadora por una patología neurológica y un estado de muerte cerebral, quien fue la donadora de un corazón para Enedina, siendo así el primer caso realizado por una mujer en este país. El hecho se hizo mediático y coincidió con la posibilidad de mostrarles a todas las mujeres en formación en medicina y en especialidades quirúrgicas que las mujeres en este país pueden aspirar a puestos de alto nivel sin ninguna restricción establecida. Esta cirugía marcó un hito en el despegue y en la ruptura del techo de cristal para aquellos mujeres cuyo sueño es hacer cirugía de alto nivel.
Referencias Bibliográficas
- 1. Cote L, Gonzalez A, Lopez-Gavito E, Escamilla A. Historias de éxito. La mujer en la Cirugia General. 1ª ed. México: Asociación Mexicana de Cirugía General; 2019