navigate_before
navigate_next

EDICIÓN

MAYO - AGOSTO 2024

NÚMERO 9


LA ENTREVISTA

Importancia del aval académico

Dra. Ana Elena Limón Rojas

Directora de posgrado de la UNAM


¿Qué significa que una institución de educación superior le otorgue un aval universitario a una sede formadora que es parte de una Institución de Salud?


Dra. Limón: Cuando una Institución de Educación Superior otorga el aval académico a una sede formadora, garantiza que la sede cumple los requisitos mínimos necesarios de academia, gobernanza, infraestructura, equipo y productividad de procesos para que se desarrolle el programa académico que se está avalando. Es decir, el aval es el reconocimiento académico que da una institución de educación superior a las capacidades formativas de una sede formadora en atención a un programa formativo específico.

¿Por qué es importante que una sede formadora reciba el aval de la UNAM?


La UNAM es la institución de educación superior más importante de nuestro país, tanto desde el punto de vista de su historia como de su tamaño y cobertura, su productividad científica y su vocación social. Sobre todo en el campo de la Medicina y de la Medicina de especialidad, la UNAM es la referencia nacional que tiene la comunidad médica. La Facultad de Medicina avala 80 diferentes programas de especialización médica y más de 200 de alta especialidad en Medicina. Las características de los programas académicos, su duración y contenidos son referencia para la asignación de plazas de residencias. Por ello, el aval de la UNAM es de mayor importancia para garantizar la calidad de los programas de formación.

¿Cuáles son los criterios que la UNAM utiliza para decidir si una sede formadora merece el aval?


De manera general, el reconocimiento de sedes formadoras en alguno de los cursos que integra el Plan Único de Especializaciones Médicas o los de Alta Especialidad cruza por la revisión de cinco elementos que son imprescindibles para el desarrollo de los cursos:

  • La productividad de la sede desde el punto de vista de la morbi-mortalidad, la asistencia médica y su pertinencia o relevancia para la especialización de la que se trate.
  • La organización asistencial que refleje la existencia de expedientes bien constituidos, notas médicas correctamente elaboradas y acciones de supervisión y tutorías académicas.
  • Los espacios y equipo disponibles para la academia, el descanso de los alumnos, su alimentación, aseo e higiene personal, servicios de comunicación y acceso bibliohemerográfico.
  • La adhesión a convenios interinstitucionales y
  • Las garantías de apego a la normatividad federal y universitaria que regulan las especializaciones médicas.

Cada elemento puede revisarse con mayor detalle en las Normas Operativas del PUEM consultables en nuestra página electrónica.

¿Qué tipo de infraestructura y recursos deben tener las sedes formadoras para recibir el aval de la UNAM?


Cada especialización requiere recursos técnicos e infraestructura específicos que permitan realizar los ejercicios y procedimientos requeridos. Sin embargo, como regla general se revisa que las sedes tengan las áreas de atención médica y los recursos auxiliares de diagnóstico que necesita la especialización de la que se trate, que haya suficiente personal médico adscrito que cumpla con las funciones académicas, que cuente con espacios para la realización de actividades académicas, biblioteca o recursos bibliohemerográficos, conexión a internet, comedor y áreas de descanso, mobiliario para el resguardo de pertenencias de uso exclusivo de los alumnos, entre otras.

¿Cómo contribuye el aval académico de la UNAM a la mejora de la atención médica proporcionada a los pacientes?


Al recibir el aval de la UNAM, la sede formadora deja de actuar sola, se compromete a respetar las normas universitarias y se ciñe a los criterios y exigencias académicas que define la Universidad. A partir del aval, el proceso formativo se lleva a cabo con los estándares de calidad concurrentes de ambas instituciones por lo que los pacientes reciben una atención debidamente certificada, para alcanzar los propósitos de que tanto la institución de salud pueda lograr la conservación y tutela de la salud de los pacientes y por otro lado con la Universidad alcanzar la dignidad y autoridad y la búsqueda del máximo beneficio de los pacientes, que son los principios con los que los estudiantes de la UNAM realizan sus procesos formativos.

De esta manera, los pacientes reciben una mejor atención, no solo del personal adscrito de los servicios de salud sino también de los estudiantes que interactúan con ellos con el fin de aprender, pero siempre subordinado al objetivo superior de mejorar las condiciones de salud de las personas.

¿Qué papel juegan los profesores y tutores en las sedes formadoras avaladas por la UNAM?


El profesorado que participa en los procesos de formación de los especialistas médicos es un elemento central para que el curso cumpla sus objetivos. Por ello, la selección del profesorado en cada curso se hace de manera conjunta entre la Universidad y las sedes formadoras. La sede formadora propone al profesor y la Universidad revisa que su perfil se ajuste a lo que mandan nuestras normas y lineamientos, su experiencia en el campo disciplinar y su experiencia como docente y en la difusión del conocimiento y, si es el caso, se aprueba su contratación como profesor titular o adjunto del curso.

El profesorado es quien conduce el curso y se encarga de las necesidades del alumnado para que se cumpla el programa académico y se respete la normatividad que regula el proceso formativo. Es, por así decirlo, el conjunto de representantes de la Universidad en la sede formadora.

¿Cómo asegura la UNAM que las sedes formadoras mantengan la calidad educativa una vez que reciben el aval?


La UNAM tiene un modelo de acompañamiento para las sedes que consiste en hacer revisiones aleatorias del cumplimiento de los programas, además se suma un seguimiento puntual a las quejas que se reciben por parte de algún miembro del alumnado o del profesorado con el fin de tomar medidas correctivas que permitan el desarrollo adecuado de los cursos.

Adicionalmente, la División de Estudios de Posgrado ofrece a los profesores cursos que les permitan mejorar su desempeño y los acerquen a temas transversales de actuación docente en los que destacan los relacionados con el respeto y la intolerancia a los abusos.

También se realiza una encuesta de opinión entre los residentes para identificar áreas de oportunidad en algunas sedes o en relación con un miembro del profesorado en particular. El aval que ofrece la Universidad es revisable de manera continua por lo que puede, en un caso extremo, pero perfectamente documentado, retirarse si así procede.

¿Cuál es su opinión respecto a la certificación y recertificación de los médicos especialistas por los consejos de especialidades médicas (CEM)?


Para la UNAM es muy importante que el profesorado que participa en los procesos de formación del alumnado de especializaciones médicas cuente con la certificación vigente que otorga el Consejo de la Especialidad correspondiente, pues en la comunidad médica la certificación es una garantía de que quien la obtiene ha demostrado que se mantiene actualizado y conserva las habilidades y actitudes necesarias para el ejercicio profesional de su especialidad.

De este modo, la certificación, como especialista en el área en donde se actuará como docente, es un requisito de calidad para el profesorado y está previsto en la normatividad que regula el desarrollo de las especializaciones.

¿Existen actualmente en la UNAM mecanismos para recibir y aplicar la retroalimentación de los Consejos de Especialidades Médicas en la mejora de sus procesos de enseñanza?


La UNAM y los Consejos de Especialidad tienen una relación estrecha, en cada Subcomité Académico de las especializaciones está prevista la participación de un miembro del Consejo de Especialidad correspondiente.

Los Subcomités Académicos son los grupos colegiados de expertos que apoyan a la Universidad en las tareas de mantener la pertinencia y vigencia de los contenidos de los programas, verificar la correcta operación de los cursos y dirimir casos en los que la innovación en algún campo de conocimiento deba ser analizada con mayor puntualidad.

Adicionalmente, la información que recibe del desempeño de los médicos egresados de los diversos cursos en el proceso de certificación permite contar con un elemento adicional para la evaluación de las sedes formadoras y del profesorado, de tal suerte que esas sedes y, su profesorado, en las que los egresados tienen un buen desempeño en el proceso de certificación, pueden ser consideradas como adecuadas para la formación.

¿Considera la UNAM que la certificación y la recertificación de los médicos especialistas son indicadores válidos del desempeño profesional?


El avance del conocimiento es vertiginoso por lo que es necesario construir o usar mecanismos que permitan dar garantías a los pacientes de que los servicios profesionales que recibe cumplen con un estándar de calidad.

En el caso de los médicos que tienen la enorme responsabilidad de hacer realidad la tutela de la salud de la población que prevé la norma constitucional, la certificación por pares ha sido, desde tiempos inmemoriales, el mecanismo de garantía de la actualización profesional.