Ser médico especialista representa un compromiso formal en la actividad médica. Para practicarlo de manera digna se requieren años de estudio tesonero y, debido a los constantes avances médicos, el especialista debe mantenerse actualizado; hacerlo de la mejor manera se torna una actividad constante que requiere dedicación y estudio. Con la voluntad de hacerlo lo mejor posible, debe tenerse buen comportamiento ético.

Normar dicha actividad no constituye tarea fácil, pero en el gremio médico existen quienes realizan la labor de promoverlo y hacerlo real. En los consejos médicos, unos efectúan evaluaciones, otros vigilan la enseñanza, y en el CONACEM se realiza la normativa y se vigila el devenir de cada especialidad. Todos trabajando filantrópicamente para que se mantenga un nivel óptimo en el ejercicio de cada una, sin percibir retribuciones económicas ni académicas.

Haber trabajado personalmente, primero en el Consejo Mexicano de Gastroenterología A.C. y después en el CONCEM como vocal asignado por la Academia Mexicana de Cirugía, me motivó dentro de mi actuar como médico especialista. Estoy convencido de que fue realizado en beneficio de la población de nuestro país y me ha permitido, tanto estar orgulloso de ello, como agradecido a quienes confiaron en mí para hacerlo.