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EDICIÓN

MAYO - AGOSTO 2025

NÚMERO 12


EDITORIAL

Certeza CONACEM

Dr. José Ignacio Santos Preciado

Presidente del CONACEM

Dr. José Ignacio Santos Preciado

En los últimos años, la educación médica en México ha transitado hacia modelos más éticos, eficientes y centrados en competencias.

La incorporación de simuladores clínicos de alta fidelidad, realidad virtual e inteligencia artificial ha dejado de ser una novedad para convertirse en una transformación estructural. Esta innovación responde tanto a la exigencia de mayor seguridad para el paciente como a la necesidad de tener evaluaciones objetivas en especialidades donde las habilidades técnicas y la comunicación son tan importantes como el conocimiento teórico.


Un ejemplo destacado es el Consejo Mexicano de Cirugía Pediátrica, cuyo examen práctico migró del uso de pacientes reales a estaciones estructuradas con simuladores, modelos biológicos y pacientes estandarizados. Este modelo ético y técnico, detallado en esta edición por el Dr. José Asz Sigall, permite evaluar con precisión no sólo las maniobras quirúrgicas, sino también las competencias socioafectivas, como la comunicación de malas noticias. Se trata de un avance que marca pauta en la evaluación de especialistas en México.

En esta misma línea, el artículo de los doctores Luis Govea y Antonio Herrera sobre otorrinolaringología y cirugía de cabeza y cuello documenta cómo la simulación ha permitido entrenar residentes con mayor seguridad, reduciendo riesgos y mejorando el desempeño. A través de escenarios clínicos, retroalimentación estructurada y herramientas tecnológicas, se ha logrado consolidar un enfoque por competencias que eleva el nivel formativo en especialidades altamente técnicas.

Además, la inteligencia artificial empieza a integrarse en la docencia como recurso complementario: asistentes virtuales, plataformas de análisis de desempeño y simuladores inmersivos permiten personalizar el aprendizaje y medir habilidades de manera más precisa; y eso mejora la calidad del desempeño clínico y reduce significativamente los errores médicos.

Les recomiendo también la lectura de la entrevista al Dr. Jesús Tapia Jurado, jefe de la Unidad de Simulación de Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM, incluida en esta edición. En ella se aborda el enorme potencial de la simulación para transformar la formación médica, proteger al paciente y apoyar a los Consejos en la evaluación de competencias técnicas, éticas y comunicativas, en un entorno cada vez más demandante y tecnológicamente avanzado.

Un caso paradigmático de innovación tecnológica al servicio de la medicina especializada es el desarrollo del programa de cirugía robótica en la Unidad Médica de Alta Especialidad en el Hospital de Oncología del Centro Médico Nacional Siglo XXI del IMSS. Como lo expone el Dr. Rafael Medrano Guzmán, esta iniciativa ha consolidado un modelo de cirugía mínimamente invasiva de alto impacto para tumores urológicos, ginecológicos, de colon y recto, logrando más de 670 procedimientos con excelentes resultados clínicos. La experiencia demuestra que la incorporación de plataformas robóticas, además de mejorar la precisión quirúrgica y los desenlaces funcionales, exige estándares sólidos de certificación, formación continua y evaluación técnica especializada, alineados con los principios del CONACEM y de los Consejos de Especialidades Médicas.

Finalmente, esta edición de CERTEZA destaca la relevancia de impulsar la certificación temprana en medicina general, como la ha promovido el Consejo Nacional de Certificación en Medicina General, en coordinación con CONAMEGE. La cultura evaluativa debe integrarse desde la formación, no como un trámite posterior, sino como un proceso continuo que acompaña el desarrollo profesional.

En conjunto, estos esfuerzos muestran que la innovación educativa en medicina es una necesidad estructural. En el CONACEM, como ente rector de la certificación médica en México, tenemos el compromiso de fortalecer un sistema de evaluación centrado en la excelencia, la seguridad del paciente y la integridad profesional. Vemos en estas herramientas tecnológicas una oportunidad invaluable para transformar los procesos evaluativos mediante un uso innovador, ético y estratégico de la tecnología.

Muchas Gracias.