La cirugía plástica lleva implícito el concepto “estética” que, de acuerdo con el diccionario de la RAE, significa armonía y apariencia agradable a los sentidos desde el punto de vista de la belleza.

En la actualidad, la estética en un contexto médico se ha vuelto una palabra de uso común debido a que ha aumentado la preferencia de los pacientes por procedimientos, como la liposucción, el aumento mamario, el bodytite, la rinoplastía y la blefaroplastía, entre otros.

Dicha situación, asociada con la pretensión de algunos agentes económicos de etiquetar los procedimientos, con un componente preponderantemente estético, como “fáciles” de aprender y realizar ha tenido como resultado el surgimiento de cursos, diplomados y maestrías que imparten clases intentando preparar a médicos en el mejor de los casos y otras personas no son médicos en el peor para realizar algunos de estos procedimientos.

Lo anterior no debe ser así. El contenido curricular, las herramientas e infraestructura y los periodos de duración de este tipo de cursos, diplomados o maestrías no puede equipararse ni compararse con el entrenamiento que recibe un cirujano plástico, estético y reconstructivo.

En la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional y otras universidades debidamente reconocidas por las autoridades sanitarias, las llamadas especialidades o como los llamamos coloquialmente las residencias son posgrados que implican una preparación exhaustiva.

La Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva implica que el residente reciba entrenamiento en cirugía general por dos años y cuatro años más en la subespecialidad. Sin dejar de mencionar que, como residentes, estamos disponibles las 24 horas del día los 365 días del año.

¿Cuál es la diferencia entre un especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva y un egresado de cualquiera de estos programas apócrifos que se ostentan como “esteticistas”?

Efectivamente, la calidad y cantidad de preparación que se refleja en el número de horas de teórica y práctica que recibe un especialista frente aquella que reciben los autodenominados “esteticistas”. Dichas diferencias repercuten en la seguridad de los pacientes, la mala praxis de los médicos mal preparados e incluso la muerte de los pacientes mal tratados.

El pasado 11 de agosto de 2023, el Consejo Universitario de la UNAM ha emitido una nueva enmienda en nuestra especialidad, agregando al nombre de Cirugía Plástica y Reconstructiva la palabra ”estética”, por lo que se reconocerá formalmente lo que nuestra especialidad representa. Es decir, se nombrará de ahora en adelante, en todos los documentos oficiales de la UNAM como Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva.

Esta nueva denominación formaliza expresamente que el Cirujano Plástico es el único capacitado teórica y prácticamente para dar tratamiento desde el punto de vista estético a los pacientes que lo requieran. Como Consejo Mexicano de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva, A.C. nos congratulamos de este hecho.

Asimismo, pensamos que otros diplomados o maestrías no deberían llevar en su nombre la palabra estética para no confundir a la población, por lo que deberá actuarse junto con las autoridades competentes para evitarlo. No hay procedimiento reconstructivo que no persiga obtener la estética posible dentro de los objetivos del Cirujano Plástico. No podemos permitir que personas o médicos sin la debida preparación atiendan a la población.

Con esta inclusión, la UNAM nos da la oportunidad de avanzar para evidenciar a cursos, diplomados y maestrías intrusionistas que ponen en peligro la seguridad de la población y, al mismo tiempo, tenemos el reconocimiento por la UNAM que acredita nuestra preparación.