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EDICIÓN

SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2023

NÚMERO 7


EL ESPEJO

La medicina especializada mexicana

vista desde un sistema de prestación de servicios privados

Lic. Javier Potes González

Director General del Consorcio Mexicano de Hospitales


Crear sinergias para el desarrollo y competitividad de hospitales


El Consorcio Mexicano de Hospitales (CMH) es una asociación civil sin fines de lucro que en este momento agrupa 55 hospitales en 47 ciudades del país. Es diferente a otras asociaciones de hospitales de gremio y creadas en función de sus propios intereses; el CMH es una organización en desarrollo, que se fundó el 2 de enero de 2007, cuyo principal objetivo es identificar las mejores prácticas del sector hospitalario privado, particularmente de hospitales medianos y pequeños.

El foco principal del Consorcio son las ciudades pequeñas, por ello se agruparon hospitales interesados en mejorar su práctica y su desarrollo hospitalario, pues carecían de conocimiento propio para gestionar un hospital privado pequeño o de mediana capacidad; hay conocimiento de cómo operar grandes hospitales, pero no tanto medianos y pequeños, sobre todo en un modelo como el de México, que es predominantemente público y el sector privado acompaña el proceso con servicios.

Por otra parte, nos percatamos de que hacía falta identificar mejores prácticas, intercambio de información y la creación de sinergias para que estos hospitales se desarrollaran y fueran más competitivos. Esa es la razón del CMH: crear sinergias tanto del punto de vista operativo como del comercial y buscar áreas de oportunidad para desarrollar los hospitales de la mejor manera posible.

El primer reto al que nos enfrentamos fue el aislamiento de los hospitales, no tenían ningún punto de referencia entre ellos, es decir, otros hospitales de la ciudad no eran referencia porque se veían como competencia, no había ningún vínculo ni con hospitales de la ciudad y ni a nivel nacional; por lo tanto, muchos de ellos se veían a sí mismos como los mejores hospitales del país. Cuando, por ejemplo, un hospital de 15 o 20 camas empezó a conocer otros hospitales fueron muy notorias las áreas de oportunidad de cada uno. El CMH tiene una política de no competencia, iniciamos con un hospital por ciudad para generar confianza en los demás y poco a poco fueran sumándose y empezaran a colaborar entre ellos.

En la época del COVID-19 se da otra dimensión e inicia una nueva etapa para el CMH como un grupo hospitalario totalmente unido y fortalecido.

La medicina especializada en México, vista desde un sistema de prestación de servicios privados


En este intento de fortalecer la unión y crear un grupo hospitalario sólido, nos hemos dado cuenta de que seguíamos compartiendo algunas dificultades con otros hospitales privados que no se afiliaron al Consorcio; por ejemplo, teníamos ocupado entre el 50 y 55% de nuestra capacidad.

Descubrimos que sí hay demanda, pero lo que faltan son pacientes con capacidad de pago, por eso creamos un modelo financiero con el que los pacientes tengan acceso a los servicios de salud privados con seguros mucho más económicos. Además, nos dimos cuenta de que era necesario crear un ecosistema privado de salud en el que los pacientes puedan encontrar médicos de cualquier especialidad. Es importante crear nuevas relaciones y fortalecer las existentes con médicos especialistas.

En el Consorcio consideramos que uno de los principales retos a los que se enfrenta la salud privada es ubicar al usuario como el eje del modelo, para lograrlo, es muy importante estandarizar la calidad de la atención, por parte de los médicos que cuenten con certificación o recertificación vigentes y por parte de los hospitales, brindarles una excelente gestión hospitalaria. Creamos un diplomado en gestión de hospitales privados de mediana capacidad y el plan a futuro es crear la certificación de médicos en el tema de gestión. El paciente confía en los médicos certificados y los médicos deben poder confiar en sus hospitales.

El paciente como centro del modelo de atención


Difícilmente alguien debatiría la idea de poner al paciente en el centro del modelo de atención, sin embargo, nuestro sistema parece que está más bien enfocada en recuperar la salud de los pacientes ya que están enfermos. Si como sistema nacional de salud (SNS) trabajamos simultáneamente sector público y privado, podríamos enfocarnos más en la prevención de las enfermedades. Poner al paciente en el centro del modelo implica un cambio radical en nuestra forma de pensar.

La certificación como medida de confianza


El CONACEM es fundamental para construir la confianza entre los pacientes y los médicos especialistas, pues garantiza que un médico especialista, respaldado por su Consejo de Especialidad cuenta con los conocimientos adecuados. Es alto el riesgo de poner la vida de los pacientes en médicos no certificados.

La certificación como requisito para la contratación de los médicos en hospitales privados es fundamental, nosotros como parte de un sistema de salud tenemos que garantizar que tenemos todo el conocimiento sobre los servicios que prestamos de acuerdo también con nuestra filosofía y ética de atención.

Cuando un Consejo de Especialidad certifica a un médico, está asegurando una trazabilidad del conocimiento para ofrecer los servicios médicos. Por ello lo que hace el CONACEM es punta de lanza para el sistema de salud, pues busca garantizar que los médicos tengan los conocimientos adecuados para que el paciente recupere o, en momento dado, pueda mantener su salud. Hablamos, entonces, de confianza y seguridad, por un lado de que el sistema está seguro de lo que ofrece y por otro lado, al paciente de que el servicio prestado por todos los elementos que conforman el sistema, particularmente los médicos es de la mejor calidad.

El Consorcio Mexicano de Hospitales con enfoque social


Durante la pandemia de COVID-19, tuvimos que preguntarnos qué papel jugaba el sector privado en México. Con el doctor José Ignacio Santos, como vínculo entre nosotros y el gobierno, en el Consorcio estábamos preocupados por entender nuestra función en este importante momento, se planteó la idea de que nuestra participación podría verse como una privatización del sistema de salud pública, sin embargo, la conclusión fue que no buscamos privatizar la salud pública, sino volver más social la medicina privada.

No importa en qué sector de la salud estés, es imposible dejar de lado el enfoque social, pues su principal tarea es diseñar servicios accesibles para toda la población o modelos financieros que garanticen que la mayor parte de la población tenga acceso a la salud privada. Es necesario evitar vernos como prestadores de servicios con precios altos y empezar a mostrarnos como un sistema de salud privado con un enfoque de precios accesibles para atender mucho volumen de la población, para ello se requiere trabajar con las autoridades y fortalecer un vínculo complementario entre el sector público y el privado.

Durante la pandemia, con el gobierno llegamos al acuerdo de atender pacientes no COVID a precios muy accesibles, atendimos cerca de 30 mil pacientes en el sector privado, acción que permitió una gran liberación de camas en el sector público para la atención de pacientes COVID.

El camino en materia de calidad de la atención


Sin duda, hace falta recorrer todavía un camino largo respecto a este tema, debemos trabajar en la transparencia que nos permita realmente garantizar que estamos en un modelo de mejora continua de calidad y seguridad; la certificación hospitalaria tiene un poco más de 20 años y la hemos trabajado bien, sin embargo, es momento de cuestionarnos si los avances que logrados son suficientes en cuanto a resultados.

Se requiere evidencia respecto a las acciones que estamos haciendo en temas de calidad y seguridad del paciente, ya que estas generan valor en las organizaciones.