Sintetizar la relevancia del CONACEM en una mejor práctica de la medicina especializada no es una tarea sencilla. Sin embargo, de las tres décadas su intensa actividad, tuve el privilegio de ser parte de la junta de gobierno de 2003 a 2020, lo que me permite identificar como punto relevante el hecho de que a lo largo de su trayectoria, el CONACEM no ha perdido su esencia que consiste, más allá de cualquier otro interés, en velar por una certificación integral de los médicos especialistas para darle certeza a los pacientes de su salud está en manos de un especialista certificado que cuenta con conocimientos, habilidades y destrezas que aseguran un cuidado médico apropiado.

Lo anterior se ha logrado manteniendo integrados a los 47 consejos de especialidades y a dos actores fundamentales del quehacer médico nacional: la Academia Nacional de Medicina de México y la Academia Mexicana de Cirugía, que con trabajo serio, coordinado y profesional han conseguido estandarizar puntajes de evaluación, facilitar el desarrollo de evaluaciones sustentadas en la Lex Artis Medica para asegurar el cumplimiento de su función.

No puedo dejar de mencionar la trascendental modificación de la Ley General de Salud, donde CONACEM fue piedra angular para dar sustento legal a la fuerza moral ganada a lo largo de los años por los consejos. Esa modificación ha sido objeto de intentos de eliminación por intereses ajenos al fin fundamental del CONACEM, que además ha sido garante de que los consejos realmente cumplan su función al evitar los riesgos de pulverizar las especialidades con la creación de nuevos Consejos, que se creen cotos de poder ajenos al fin fundamental de la certificación de médicos especialistas o que quienes no conocen la historia confundan la misión y visión que ha congregado a la comunidad médica en los consejos de especialidad.

Mi sincera felicitación a la junta de gobierno actual del CONACEM y a las juntas precedentes pilares y sustento de la certificación de las especialidades médicas en México.