Dr. Marcelo Páramo Díaz
Ex vocal de la Junta de Gobierno del CONACEM
Miembro fundador
Agradezco a los académicos que integran actualmente la Junta de Gobierno del CONACEM, la invitación para participar en la conmemoración del 30 aniversario de esta organización. Esta invitación además de ser un privilegio representa una gran responsabilidad puesto que es muy probable que por mi edad sea el único sobreviviente de sus fundadores.
Es difícil en este espacio resumir las dificultades, contratiempos y vicisitudes que enfrentamos el grupo de médicos que participamos en la integración de este importantísimo Comité, más aun teniendo en cuenta, primero la oposición de varios sectores; segundo, ponerse de acuerdo respecto a qué grupos integrarían el Comité, cómo y cuántos representantes tendría cada grupo y quiénes serían los directivos; además, redactar estatutos y reglamentos y lograr el reconocimiento de las autoridades competentes como un organismo autónomo no gubernamental (ONG), en fin, toda una odisea.
Para tener una idea clara y conceptual de la historia precisa de estos importantes acontecimientos, recomiendo la lectura del libro titulado La Academia Nacional de Medicina de México (ANMdeM) y la certificación de los especialistas por los Consejos de Especialidades Médicas, escrito por el Dr. Víctor Manuel Espinosa de los Reyes Sánchez, con el apoyo de la misma Academia y de la UNAM a través de la Facultad de Medicina.
Es oportuno mencionar, que ya integrada la primera mesa directiva del CONACEM, se discutió con gran interés y durante varias horas el tema de la recertificación quinquenal, que obviamente debía incluir conocimientos y destrezas, pero hubo quien insistía que se valorara también la calidad ética de los sustentantes, tema que se descartó por ser imposible de valorar y se prestaba a acusaciones temperamentales, por ejemplo, en la actualidad es normal que los médicos se hagan publicidad, en ese entonces era muy mal visto, además que también se prestaba a acusaciones de índole social o personal comprometedoras y de tipo interpretativo.
Si es muy difícil la creación y organización de un consejo de especialistas, cosa que me consta personalmente por haber sido fundador y presidente del Consejo Mexicano de Angiología, Cirugía Vascular y Endovascular A.C., imaginemos lo complicado que fue la integración del CONACEM y la reacción de los médicos que fueron rechazados o que no aprobaron la recertificación que, en ese tiempo eran mayoría.
Felicito a los integrantes del Comité que tuvieron la idea de publicar la Revista Certeza, dedicada a difundir sus actividades y de dedicar un número especial a la conmemoración del 30 aniversario de su fundación. Las generaciones de médicos jóvenes ignoran la trascendencia de esta organización y disfrutan de los beneficios que reciben sin pensar lo difícil y tortuoso del esfuerzo que representó;
entre otros beneficios, el poder obtener una cédula profesional de su especialidad que los distingue y respalda ante posibles acusaciones, cada vez más frecuentes en el ejercicio profesional. Ahora es también frecuente escuchar la pregunta: ¿y, ese médico que te recomiendan está certificado? Lo cual significa que la certificación de especialistas ha permeado en la sociedad y que los distingue de quienes no lo están.
