Dr. Álvaro Alejandro Zavala Reina
Ex Vocal de la Junta de Gobierno CONACEM
Desde la antigüedad ha existido la necesidad de que la población tenga la certeza de que la persona en la que está depositando su salud se encuentra adecuadamente calificada; el primer sistema conocido para calificar a los médicos se remonta a la antigua Mesopotamia, en el Código de Hammurabi. Sin embargo, fueron los antiguos griegos quienes comenzaron a formalizar la educación y certificación médica de una manera que reconoceríamos hoy.
El juramento hipocrático fue una de las primeras formas de acreditación médica, hacer este juramento servía como una especie de certificación antigua, que le decía a los pacientes que esa persona había recibido la formación adecuada y que seguiría ciertos principios éticos.
Nuestro país tiene una extraordinaria historia de liderazgo e innovación en la práctica médica del mundo. Fray Bernardino de Sahagún en 1548 describió detalladamente en la Historia General de las Cosas de la Nueva España (Códice Florentino) las enfermedades, hierbas medicinales y educación “médica” de los antiguos mexicas. El primer hospital del continente americano fue fundado en México en 1523, El Hospital de la Purísima Concepción (Hospital de Jesús), aún en funcionamiento. En 1719, se estableció el primer internado médico obligatorio en el Hospital de Jesús, 19 años antes del primer internado europeo en Montpellier.
La idea de consejos, con evaluación por pares, de las capacidades y actualización de los médicos se cristaliza en 1916 con la fundación del American Board of Ophthalmology. En 1963, en México, se forma el Consejo Mexicano de Médicos Anatomopatólogos, A.C., y en 1968, el Consejo Mexicano de Electroencefalografía (hoy Consejo Mexicano de Neurofisiología Clínica, A.C.).
En 1995 se forma el Comité Normativo Nacional de Consejos de Especialidades Médicas (CONACEM), que es un organismo auxiliar de la Administración Pública Federal, genera normatividad y trabaja en conjunto con los consejos de especialidades médicas para supervisar los conocimientos, habilidades, destrezas, aptitudes y calificación de la pericia que se requiere para la certificación y la renovación de su vigencia.
Esto ha sido un parteaguas y un motor que promueve la calidad en la atención de la salud de la población de nuestro país, dando la certeza de que un médico especialista certificado cumple con los requisitos para practicar su especialidad y brindar una atención de calidad a los pacientes; este noble Comité en el que sus miembros hacen un trabajo extraordinario de forma voluntaria sin ninguna remuneración, continúa evolucionando y enfocado en que la población mexicana reciba una atención médica equitativa y de calidad.
