Dr. Gregorio Quintero Beuló
Presidente del Consejo Mexicano de Oncología, A.C.

La certificación y el mantenimiento de la vigencia de certificación debe ser entendida por el especialista que ejerce una rama específica de la medicina, no solo como una obligación desde el punto de vista académico y asistencial, que todo médico debe ejercer, con el objetivo de otorgar una correcta atención a los pacientes, sino también como una obligación ética y moral con la sociedad mexicana y con los pacientes que pretende atender. No debe ser tomada como un requisito administrativo siendo que su significado teórico y práctico se extiende mucho más allá de dicha conceptualización.
Por otro lado, existen numerosas oportunidades para consolidar los logros alcanzados por el Consejo Mexicano de Oncología, A.C. en estos treinta años de historia, siendo dos los principales tras realizar un análisis situacional.
El primero definitivamente es realizar un proceso de evaluación de la primera certificación del oncólogo que mida lo más exacta, eficaz y eficientemente posible las habilidades y competencias que se requieren para manejar los padecimientos oncológicos, que definitivamente no solo se limita a la realización de exámenes, sino a un proceso bien concatenado de evaluaciones revisadas con metodología eficiente, que nos lleven a este fin lo más cercano a la realidad.
El segundo reto y oportunidad es el mantenimiento y la estimulación de la vigencia de la certificación, haciendo entender al médico oncólogo la importancia no solo académica y asistencial que la certificación implica para poder obtenerla, sino el fin moral y ético para el binomio médico-paciente que esto conlleva, por lo que es importante desarrollar las estrategias necesarias para llegar a cumplir este objetivo.