La certificación se desarrolló por iniciativa de los médicos ante una población cada vez más informada y exigente de la preparación y asertividad de los médicos tratantes. Por lo anterior, resultó necesario que existiera una instancia que valore que el médico desarrolle y mantenga la destreza necesaria para su ejercicio profesional, incluyendo los nuevos procedimientos.1

Inicialmente la certificación era de por vida, sin embargo, debido a preocupaciones respecto a errores médicos y el costo de la atención, la certificación debió reevaluarse y se adoptó por tiempo limitado, según cada especialidad.9 Esto de la mano de los constantes cambios y evolución en la medicina, para demostrar que el médico continúa cumpliendo con los conocimientos actualizados para ejercer la profesión con los estándares necesarios.2, 7 Desde un punto de vista ético y legal da cuenta de cómo se pondera que los profesionales de la salud se mantengan permanentemente actualizados y con ello se pueda certificar su competencia ante la colectividad. Con estas acciones, los Consejos de Especialidad contribuyen a una mejor calidad de los servicios de salud a partir de una oferta de recursos humanos altamente calificados en áreas (ética, científica y técnica) uniformes en desempeñarse eficiente y eficazmente en su trabajo profesional. Los Consejos representan un beneficio social y compromiso de trabajo en el ámbito de la especialidad sin fines de lucro.3 La certificación puede ayudar al médico a obtener retroalimentación de sus áreas de oportunidad.2 Algunos expertos coinciden en subrayar la importancia de que los profesionales de la medicina que terminan un curso de especialidad requieren de alguna manera la verificación objetiva externa, para documentar que han logrado las metas educativas y las competencias.4

Existe un creciente interés por la acreditación de los programas de educación médica, no solo como un indicador de que se está calificado, sino porque la certificación facilita la contratación a las instituciones de salud, además se enfoca en estos los reconocimientos como marcador de una atención óptima al paciente.5 En muchos hospitales la certificación incluso es un requisito para que se le concedan privilegios específicos.2 Un estudio de graduados entre 1997 y el 2000 reportó que 87.3% tienen certificación por el Consejo Americano de Especialidades Médicas, esto se atribuye al requerimiento de la certificación para la completa participación en la práctica médica.6

Desde diciembre de 1972 se protocolizó en la Ciudad de México la formación del Consejo Mexicano de Reumatología. Desde entonces los métodos de certificación han evolucionado y cambiado de acuerdo con las necesidades. El objetivo del Consejo ha sido siempre fomentar en los reumatólogos y reumatólogos pediatras certificarse desde su egreso de centros formadores y mantener la certificación. En países como Japón la certificación no es obligatoria para ejercer en clínicas y hospitales, sin embargo, los médicos al darse cuenta de la importancia de la certificación cada vez optan más por la certificación con predominio de hombres.6

Principalmente durante la etapa de confinamiento se desarrollaron y sometieron al aval del Consejo Mexicano de Reumatología más cursos que debieron cumplir con los requerimientos de estructura, organización y calidad.

Estos en su momento contribuyeron a la actualización médica continua y es evidente que esta modalidad de educación irá creciendo. Es importante difundir y fomentar cursos de alta calidad que ya sea presenciales o virtuales estén certificados, lo que contribuirá en una mayor accesibilidad para alcanzar el puntaje necesario para la certificación.

En los últimos años, son cada vez más frecuentes las mujeres egresadas principalmente entre los reumatólogos de adultos, mientras que desde hace 10 años predomina el sexo femenino en el caso de los reumatólogos pediatras. Respecto a los recertificados, en los reumatólogos de adultos, se observa un incremento paulatino de las mujeres incluso llegando a ser muy similares los números en el último año; mientras que en los reumatólogos pediátricos se mantiene el predominio femenino en la recertificación.

Los procesos para la certificación y recertificación se modifican de acuerdo con lo señalado por CONACEM, a los avances en la especialidad y a las necesidades de nuestra época; además de la continua revisión de las herramientas de evaluación. Es interés del Consejo Mexicano de Reumatología fomentar la vigencia de la certificación y acercarnos a aquellos que hayan perdido su vigencia, convencidos que puede servir a los especialistas en su práctica clínica y en la difusión y tranquilidad de sus pacientes.